Reseña - Las Sufragistas
Las Sufragistas, o Suffragette por su nombre en inglés, es una película dramática histórica británica de 2015 sobre el sufragio femenino en el Reino Unido, dirigida por Sarah Gavron y escrita por Abi Morgan. Un drama histórico (también drama de época, drama de vestuario y pieza de época) es un trabajo ambientado en un período de tiempo pasado, generalmente utilizado en el contexto del cine y la televisión, que narra hechos históricos verídicos, o crea una historia ficticia en un determinado momento de la historia, la cual está directamente marcada por este momento.
La sinopsis nos resume "Incitada por la activista política Emmeline Pankhurst, una madre trabajadora se une al creciente movimiento sufragista británico a principios del siglo XX". Esta madre trabajadora es Maud Watts, un personaje ficticio el cual poco a poco comienza a participar del movimiento sufragista y a pelear por todas las injusticias que vivió. A pesar de ser ficticio, reúne muchas de las situaciones por las que pasaban las mujeres en aquel momento y se ven reflejadas a lo largo de toda la película de manera clara y contundente.
Para comprender mejor la película, es importante recordar el contexto histórico en el que nos situamos. Las mujeres y los hombres pertenecían a dos ambientes distintos, el hogar y el trabajo, respectivamente. Se consideraba a la mujer físicamente más débil que el hombre, pero moralmente superior, por lo que su deber era permanecer en el hogar cuidando a los niños, y mantener los valores y la educación a lo largo de todas las generaciones. Debían desear el matrimonio porque les permitía ser madres, ser alguien; no por deseo sexual ni ningún otro motivo. Esto se puede ver con varias frases a lo largo de la película, como cuando Sonny, el esposo de Maud, le dice "Eres madre y eres esposa. Eres mi esposa" a modo de reproche por haber seguido sus propios ideales, por pelear por sus derechos. Por intentar participar de manera política, cosa que sólo podían hacer los hombres.
Las mujeres no poseían derechos ni identidad legal. No podían poseer propiedades ni heredar dinero, lo cual podemos ver en la historia en distintos momentos, como cuando Maud recibe el sueldo de su trabajo en la lavandería y al llegar a casa se lo entrega a Sonny; o más adelante en la historia, cuando Alice es encarcelada y quería liberar a sus otras compañeras bajo fianza, y su esposo no se lo permite. "Es mi dinero", le dice ella - "pero tú eres mi esposa y actuarás como tal", le contesta el esposo.
Además, las mujeres ganaban menos dinero que los hombres, que es una problemática que aún hoy en día se mantiene. Maud en un momento menciona que los hombres ganaban 19 chelines a la semana, y las mujeres sólo 13 chelines, a pesar de trabajar un tercio más de horas que los hombres.
En la actualidad, es tan poca la participación de las mujeres en el mundo del cine y la televisión, que hasta existe un test llamado "Test de Bechdel", que realiza las siguientes interrogantes: ¿tiene dos o más personajes femeninos con nombre?, ¿hablan entre ellas? ... ¿sobre algo que no sea un hombre? En esta película, es todo lo contrario. Justamente porque está representando a la primer ola del feminismo, las sufragistas, es que los hombres no tienen roles protagonistas en la lucha.
La protagonista es Maud Watts, de quien ya hablamos. Tanto su madre como su padre, y ella misma, trabajaron desde temprana edad en la lavandería. Allí sufrió abusos de parte de su empleador, Taylor, recuerdo con el cual aprendió a vivir e ignorar por su propio bien; hasta que vio que le estaba sucediendo lo mismo a Maggie, hija de su compañera de trabajo Violet Miller, y ese fue el desencadenante a que ella se decidiera a formar parte de las sufragistas. No quería que las generaciones futuras pasaran por lo mismo que ella y su madre. Siempre había sido sumisa, pero fue gracias a Taylor que se rebeló, e incluso pudo vengarse del mismo en un acto impulsivo. Y más adelante, asegurarse de que Maggie tuviera una mejor vida.
Por el lado de Violet Miller, se trata de una mujer con varios hijos, además de Maggie, y un esposo adicto al alcohol quien no trabajaba. Mantener a la familia dependía completamente de Violet, y más adelante de Maggie al perder ella el trabajo. Todo el peso de la familia estaba en sus hombros, y podemos ver en un momento que el esposo incluso la había golpeado. Al enterarse de su embarazo, entra en un dilema. "No puedo ocuparme de los que ya tengo". Esto me recordó a una de las luchas actuales del feminismo, la legalización del aborto. Violet estaba pasando por una situación complicada y el tener otro hijo implicaría muchos cuidados que ella no estaba en condiciones de darle. Pero en aquel momento, predominaba mucho más el pensamiento de "Es tu deber tener ese hijo" que en la actualidad. Ahora, se busca una maternidad deseada, que tenga en cuenta que la mujer es primero una persona antes que una madre.
También tenemos a Alice Haughton, esposa de Benedict Haughton (primer ministro), quien incitó a las mujeres afuera de la lavandería a que testificaran frente al comité parlamentario a favor del voto de las mujeres. A Emily Davison, quien dedicó su vida entera por el movimiento. A Edith Ellyn, quien planificaba las estrategias y mantenía las esperanzas del grupo. Todas mujeres que cumplieron su parte en la historia, en conjunto, y tenían sus propios problemas y motivos para hacerlo.
Nunca subestimen el poder que tenemos las mujeres para definir nuestros propios destinos.
La participación de los hombres es escasa, y cada personaje se comporta de manera distinta, lo que nos lleva a una interrogante muy actual. ¿Los hombres pueden ser parte del movimiento feminista?
En la película vemos a Sonny, quien no apoya los ideales de Maud pero no lo intentó reprimir desde raíz. Al comienzo de la película, parece un esposo comprensivo y que realmente la quiere, pero a medida que avanza la historia podemos ver que lo que lo motiva a estar en contra y a hacer ciertas cosas, es el prejuicio de la sociedad. Cuando lo tildan de poco hombre, que no puede enderezar a su esposa, que no se hace respetar, que no la castiga como es debido. Es cuando se encuentra bajo la mirada juzgadora de todos que decide hacer algo al respecto, pero podemos ver que no era un hombre malo, sino una víctima más del sistema patriarcal. "No me avergonzarás de nuevo". Él quería a su familia, y la única forma de vivir que conocía era la que le habían impuesto. Esto podemos verlo también luego de que Maud ya no viva en su casa, cuando él debe cumplir el rol de madre y de padre cuidando a George, su hijo, y dice "No puedo hacerlo todo". Nunca le enseñaron cómo encargarse de los hijos, de cuidar la casa y trabajar al mismo tiempo; esa siempre fue tarea de la madre. Es con cosas como estas que podemos ver que el sistema patriarcal no afecta sólo a las mujeres, sino también a los hombres.
Otro personaje es Geoff Bell, el esposo de Edith Ellyn y quien trabajaba con ella en la farmacia. Él acepta que la misma sea el punto de reunión de las sufragistas, y podemos verlo en varias ocasiones ayudándolas con el transporte, pero no participa de las reuniones de las mujeres ni de las manifestaciones. Geoff estaría cumpliendo el rol que se espera de los hombres en la actualidad, de aceptar el movimiento y participar de manera pasiva, desde las sombras (antes) y las redes sociales (ahora). Sin embargo, cerca del final podemos ver que él piensa que Edith está llevando las cosas demasiado lejos e intenta frenarla por su propio bien. Esto podría insinuar otro pensamiento actual que es muy frecuente escuchar "Entiendo su movimiento, pero no son las maneras; con la violencia no se logra nada". Las sufragistas esperaron 50 años, pidiendo pacíficamente el voto, hasta que vieron que con eso no lograron nada. Como dice Maud en un momento, "Guerra es el único idioma que escuchan". Es por esto que Geoff, a pesar de hacer su mejor esfuerzo por intentar ayudar a Edith, al final no logra hacerlo del todo, porque por más que empatice con sus ideales, él no los vivió en primer persona. Para él, llevar las cosas hasta este punto era demasiado, pero no logra entender que es la única opción que tienen las sufragistas. Piensa en Edith de manera individual, y no en el movimiento.
Luego de haber tolerado por años la represión del hombre y los abusos, en todo sentido, las sufragistas se mantienen unidas. No piensan en una misma, piensan en las generaciones futuras, en el movimiento completo. Pelean por los derechos de todas las mujeres, no sólo las que apoyan el movimiento. Y, sin embargo, son juzgadas tanto por los hombres como por las mujeres. "Se burlan porque sienten la amenaza", como dice Violet.
No es sólo una lucha para conseguir el voto, es más que eso. Y los hombres lo sabían, "no habría forma de pararlas", por eso estaban en contra. Es una lucha para la igualdad de la mujer y del hombre, donde ninguno valga más ni menos que el otro, algo que para los hombres es impensable incluso hoy en día. Un poema que me gusta mucho y creo que es acorde a este tema, es uno de Eduardo Galeano...
“Hay criminales que proclaman tan campantes ‘la maté porque era mía’, así no más, como si fuera cosa de sentido común y justo de toda justicia y derecho de propiedad privada, que hace al hombre dueño de la mujer. Pero ninguno, ninguno, ni el más macho de los supermachos tiene la valentía de confesar ‘la maté por miedo’, porque al fin y al cabo el miedo de la mujer a la violencia del hombre es el espejo del miedo del hombre a la mujer sin miedo”.
A la mujer sin miedo. Participar de un movimiento como lo fue el sufragismo en aquella época, implica salir de la zona de comfort y perder muchas cosas en el camino. Familia, trabajo, respeto, hogar, pero a su vez, el miedo. Y en la actualidad, sigue siendo una lucha que requiere devoción y compromiso. "Son hechos, no palabras", decía Emmeline Pankhurst.
Si bien es una historia ficticia, hay personajes que no lo son, como Emmeline Pankhurst, Emily Davison, David Lloyd George y el Rey George V. Además, el personaje de Edith está basado en Edith Garrud y Edith New. Recomiendo encarecidamente investigar sobre estas mujeres y su aporte a la lucha.
Es una historia que considero que todos deberían ver, así participen del movimiento feminista o estén en "contra". Te hace reflexionar realmente sobre todos los derechos que tenemos las mujeres en la actualidad y cómo fueron ganados, no regalados, sino ganados a base de sangre y esfuerzo. Cómo la lucha aún continúa, y que todo lo que hacemos ahora, por más pequeño que parezca, es un paso hacia un futuro mejor para las siguientes generaciones. Sean militantes a su propia manera, y sean hacedoras de la ley; no tuvieron voz cuando hicieron la ley, ahora la tienen. Como se dicen siempre las protagonistas, nunca te rindas, nunca dejes de luchar.
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